El avance de la investigación internacional realizado por T21RS indica que el riesgo en personas con síndrome de Down sin patologías aumenta decisivamente a partir de los 40 años. No hay evidencias para considerar a los mayores de 18 años como personas extremadamente vulnerables, y decretar su confinamiento, tal y como se ha señalado en Reino Unido.
La sociedad científica Trisomy 21 Research Society (T21RS) continúa la investigación internacional sobre los efectos de la COVID 19 en las personas con síndrome de Down. Es el estudio más extenso y completo de este tipo, en el que se han recogido más de 1000 casos de personas con síndrome de Down de todo el mundo. Los casos fueron reportados por familias y por profesionales clínicos, recogiéndose así toda la información disponible sobre las condiciones de vida de las personas, posibles enfermedades preexistentes y curso de la enfermedad.
Los resultados del estudio hasta el momento, indican que las personas con síndrome de Down son un grupo muy heterogéneo ante la enfermedad por COVID-19, cuyos factores de riesgo ante los resultados más graves (hospitalización y fallecimiento) son similares a los de la población general.
Entre ellos encontramos la edad, la diabetes, la obesidad o el sexo masculino, además de enfermedades cardiacas congénitas, como factor de riesgo de hospitalización en personas con síndrome de Down. Sin embargo, es fundamental señalar que, mientras que en la población general el riesgo de resultados desfavorables ante la COVID-19 aumenta a partir de alrededor de los 60 años, en las personas con síndrome de Down se acentúa después de los 40 años (se estima que una persona con síndrome de Down de 50 años, se asemejaría en términos médicos ante la COVID a una persona de 80-85 años sin síndrome de Down).
Por tanto, en base a los resultados de este estudio internacional, no podemos considerar a las personas con síndrome de Down menores de 40 años como grupo extremadamente vulnerable por el hecho de tener síndrome de Down, excepto si padecen patologías previas de riesgo que les incluyan dentro de los grupos vulnerables, como son las de obesidad, epilepsia o demencia.
Por este motivo, y de igual manera que ocurre con las orientaciones hacia la población general, se recomienda a todas las personas con síndrome de Down evitar los comportamientos de riesgo y adoptar las precauciones necesarias para reducir la propagación de la infección, como lavarse las manos frecuente y minuciosamente, el distanciamiento social, el uso de mascarilla y la garantía de que las vacunaciones recomendadas y los controles sanitarios estén al día.
Para los mayores de 40 años, se aconseja encarecidamente el buen uso de la mascarilla, evitar las estancias prolongadas en espacios interiores o no ventilados, la vacuna de la gripe estacional y neumocócica, así como mantener un buen nivel de vitamina D (a través de una alimentación saludable, contacto con el exterior, toma de sol natural y suplemento vitamínico si fuera necesario). Siguiendo estas recomendaciones, las condiciones de riesgo se reducen y es mucho más probable evitar los contagios y las complicaciones que pueden producirse ante la enfermedad.
Confinamiento en Reino Unido
Las autoridades sanitarias de Reino Unido han decidido recientemente incluir a la población mayor de 18 años con síndrome de Down en la lista de grupos extremadamente vulnerables ante la COVID-19, lo que conlleva recomendar su confinamiento total. Aunque se trata de una recomendación, esta decisión afectará irremediablemente a la salud física y mental de las personas con síndrome de Down, así como a su situación ocupacional, personal, y a la de su entorno socio-familiar.
Desde DOWN ESPAÑA y el grupo de trabajo T21RS COVID-19 en España, refrendado por el grupo internacional T21RS COVID-19, consideramos que esta decisión no tiene en cuenta los datos recabados por en el estudio internacional impulsado por la (T21RS) en el que colaboran multitud de instituciones e investigadores de diferentes países.
Con los datos de los que disponemos, no consideramos que haya base suficiente para recomendar el confinamiento generalizado de toda la población mayor de 18 años con síndrome de Down, y hacemos énfasis en las probables consecuencias relevantes de esta medida en su salud mental y física. Es necesario equilibrar el riesgo con las posibles consecuencias negativas del confinamiento en su salud mental y física, y sobre todo hacer más incidencia en evitar las conductas de riesgo que en el propio riesgo en sí.
Fuente: https://www.sindromedown.net/
Notieps.com – El periódico de la Salud.